martes, 12 de diciembre de 2006

TESTIMONIO DE VIAJE (Nicaragua 2005)

Ay Nicaragua, Nicaraguita!!

Me propuse escribir un diario de viaje, no lo consegui. Los dias alli eran tan intensos, tan cargados de sensaciones, sentimientos y vivencias, que era incapaz de resumir con boligrafo y papel lo que seguramente me costara tiempo de entender.

A Nicaragua llegué con la mente en blanco, aunque seria de necios negar que llevé conmigo un monton de ideas preconcebidas, de prejuicios y miedos que, a pesar de que odie esta expresion, el mundo occidental nos ha hecho creer.

Llegué dispuesta a aprender, a ver, a comprender y a cambiar. No con grandes pretensiones, ni tan siquiera con intentos de grandes azanas. No a cambiar vidas, ni situaciones. Tampoco en busca de algo concreto.
Cuando ahora me paro a pensar en lo que vivi, y me piden que escriba qué significo para mi, no encuentro imagen, palabra o frase que defina mis dias alli.

Si algo me llevo de Nicaragua es una gran experiencia. Y lo que seguramente formara parte de uno de los aprendizajes de mi vida. Aprendi a que hay otras formas de vivir y sentir. Vi con mis propios ojos el verdadero significado de las palabras union, compartir, fuerza y espiritu. Y senti en mis propios huesos la relatividad de la importancia de las cosas.

Antes de llegar, sabia que vivia en un mundo injusto, ahora sé que lo que existen son personas injustas.

De Nicaragua llegué con una maleta completamente vacia, pero con un corazon rebosante. No solo de un monton de vivencias, sino de historias. Lleno de personas que jamas olvidaré, porque sus vidas, su lucha y su entrega formaran siempre parte de mi ser.

Como dije antes, llegué como un papel en blanco. Y dia a dia fui escribiendo mi propia historia, en la que formaron parte muchas personas, y en la que todas ellas me aportaron mas de lo que jamas podria haber imaginado.

Tan solo me queda decir que siempre recordare Nicaragua como el pais que me abrio los ojos y me enseno un nuevo camino en el sendero de mi vida.

Y mientras escribo estas palabras un sentimiento de anoranza me recorre por la piel. Pero ese mismo sentimiento me dibuja una sonrisa en la cara cuando, desde la lejania, recuerdo aquellos dias donde la esperanza y la desesperacion se enfrentaban diariamente.

Ay, mi Nicaragua, Nicaraguita!.

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